Propósito y sentido: la brújula interior

Actúa desde tu motor interior.

PROPÓSITOCRECIMIENTO PERSONALMENTEPSICOLOGÍAVIDA PLENAINTELIGENCIA EMOCIONAL

Joaquín Ballester

9/23/20252 min read

El verano se ha acabado y el nuevo curso nos arrasa de nuevo con sus tareas, citas y compromisos. Estamos de nuevo inmersos en la vorágine del día a día rutinario. Muchas veces funcionamos en piloto automático y se nos olvida pararnos y dedicarnos un tiempo a nosotros mismos, a plantearnos por qué hacemos todo eso que nos ocupa el día. Y esta pregunta nos lleva a identificar nuestro propósito.

Parece una palabra que se nos puede quedar grande pero es fundamental que lo identifiquemos, no como objetivo de vida sino como guía del camino, como una brújula que orienta nuestras acciones. El propósito nos ayuda a levantarnos tras una caída, a tomar decisiones de forma consciente, a sentir que nuestra vida tiene sentido.

¿Por qué es importante tener propósito?

La psicología y la neurociencia coinciden en que sentir que lo que hacemos aumenta nuestra motivación y energía diaria, reduce los niveles de ansiedad y estrés, mejora la salud física y emocional y nos hace más resilientes frente a la adversidad.

Vivir con propósito es como navegar con brújula: puedes desviarte, pero sabes dónde está el norte.

Cómo acercarte a tu propósito

No hay una receta mágica, pero sí un camino que se puede entrenar con práctica y honestidad. Aquí te dejo algunas propuestas:

  1. Conócete mejor
    Hazte preguntas que te ayuden a interiorizar en tu ser: ¿Qué disfruto de verdad?, ¿Qué me da energía en vez de quitármela?, ¿Qué me llena?, ¿Qué quiero dejar como huella en los demás?

  2. Conecta con tus valores
    Nuestros valores son las raíces del propósito. Identifica cuáles son los tuyos: libertad, amor, aprendizaje, servicio, autenticidad, honestidad o algún otro. Revisa si tu vida está alineada con ellos.

  3. Empieza en pequeño
    El propósito se cultiva en lo pequeño y cotidiano. Tal vez no cambies el mundo mañana, pero puedes empezar por actos diarios coherentes con tu brújula interior.

  4. Acepta la evolución
    El propósito no es fijo ni rígido: crece contigo. Sé flexible y adáptate a los cambios, lo que hoy te mueve puede transformarse con el tiempo. Y está bien.

Una práctica para hoy

Detente un momento y escribe una frase que responda a esta pregunta:
👉 “Si alguien recordara mi vida en una sola frase, ¿qué me gustaría que dijera?”

Ese puede ser un buen punto de partida para alinear tu presente con el sentido profundo de tu vida. Puedes plantearte la pregunta desde dos puntos de vista: desde tu yo actual, en este momento, y desde tu yo futuro, si pudieras cambiar cosas, cómo la responderías dentro de 10 o 20 años.

✨ Recuerda: el propósito no es una meta a alcanzar, sino una forma de caminar. Cuando lo descubres y lo valoras, incluso las pequeñas acciones cotidianas cobran otra luz.