La psicología de la felicidad: ¿Se puede entrenar?

Durante siglos, la felicidad fue vista como algo misterioso, casi fuera de nuestro control. Sin embargo, la psicología positiva —una rama de la psicología científica— ha demostrado que gran parte de nuestro bienestar emocional no depende tanto de lo que nos pasa, sino de cómo lo interpretamos y de los hábitos que cultivamos. La buena noticia es esta: la felicidad se puede entrenar.

¿Qué dice la ciencia?

Estudios como los del Dr. Martin Seligman o la Dra. Sonja Lyubomirsky han revelado que alrededor del 40% de nuestra felicidad está influida por nuestras actividades intencionales, es decir, por lo que hacemos de forma consciente cada día. Solo un 10% depende de las circunstancias externas, y el 50% restante está relacionado con la genética.

Eso significa que, aunque no podemos controlar todo lo que nos sucede, sí podemos influir en cómo lo vivimos.

Estrategias para entrenar la felicidad

Aquí tienes algunas prácticas respaldadas por la ciencia que puedes incorporar a tu vida para aumentar tu bienestar emocional:

1. Gratitud diaria

Anotar tres cosas por las que estás agradecido cada día ayuda a cambiar el enfoque de la carencia a la abundancia. Es un antídoto contra la insatisfacción crónica.

2. Actos de bondad

Realizar pequeñas acciones para ayudar a otros, incluso sin que lo pidan, genera una sensación profunda de conexión y propósito.

3. Relaciones significativas

Cultivar vínculos cercanos, sinceros y enriquecedores es uno de los factores más potentes para la felicidad a largo plazo. No se trata de cantidad, sino de calidad.

4. Vivir con propósito

Tener metas personales alineadas con nuestros valores nos da dirección y sentido. No hace falta que sean grandes logros: basta con sentir que lo que hacemos importa.

5. Fluir en lo que haces

Buscar actividades que te absorban completamente —lo que Mihály Csíkszentmihályi llamó “estado de flujo”— te conecta con el presente y te da satisfacción intrínseca.

6. Cuida tu diálogo interno

La forma en que nos hablamos a nosotros mismos influye directamente en cómo nos sentimos. Reemplazar la autocrítica constante por una voz interna compasiva y motivadora es un entrenamiento poderoso.

Felicidad: camino, no meta

La felicidad no es un estado permanente ni un destino final. Es una actitud, una práctica diaria, un camino de autoconocimiento y de conexión con los demás. Como todo hábito, requiere constancia, paciencia y aceptación de que habrá días mejores que otros.

No se trata de ignorar lo negativo, sino de aprender a mirar la vida con una lente más amplia, que incluya también lo bueno, lo bello y lo que aún está por venir.

Hoy, ¿qué pequeño gesto puedes hacer para entrenar tu felicidad? 😊

Para saber más dejo aquí el video "desmitificando la felicidad" de Sonja Lyubomirsky en Aprendemos juntos BBVA, así como una entrevista muy interesante de Andrés Oppenheimer a Martin Seligman en la que trata la aplicación de la inteligencia artificial en la psicoterapia y coaching.