Comunicación consciente:

La clave de las relaciones plenas

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Joaquín Ballester

12/8/20252 min read

Muy frecuentemente subestimamos el poder de la comunicación y la entendemos como el hecho de simplemente hablare, pero lo cierto es que la verdadera comunicación va mucho más allá de las palabras. Comunicar conscientemente es conectar desde la presencia, la empatía y la autenticidad. Es entender que cada conversación es una oportunidad para construir puentes.

En la era de hiperconexión digital paradójicamente cada vez nos sentimos más desconectados unos de otros. Pasamos más tiempo escribiendo mensajes que escuchando de verdad. Y sin escucha, no hay encuentro.

Escuchar de verdad: el arte olvidado

Cuando de joven hice voluntariado en el Teléfono de la Esperanza aprendí la importancia de la escucha activa, la cual está íntimamente ligada a la escucha consciente y que implica silenciar el ruido interior: nuestras prisas, juicios, interpretaciones y ganas de responder antes de que el otro termine de hablar.

Escuchar no es solo oír, es dejar espacio al otro para que se exprese, comprendiendo su mundo sin intentar corregirlo ni controlarlo.

Anthony de Mello decía en "Una llamada al amor" que solo en la medida en que veas a alguien tal como es aquí y ahora - no como es en tu memoria, tu deseo, tu imaginación o tu proyección - podrás verdaderamente amarlo. Esto mismo ocurre en la comunicación: escuchar es amar.

Expresarse con autenticidad

La otra mitad de la comunicación consciente es expresarnos con claridad y respeto. No se trata de decir todo lo que pensamos, sino de hacerlo desde la sinceridad y la empatía.

Una técnica muy útil es hablar desde el “yo siento” o “yo necesito”. Así, en lugar de acusar o generalizar, centramos el mensaje en nuestros sentimientos, los cuales no pueden ser cuestionados por el otro y esto puede transformar por completo el tono y el resultado de nuestras conversaciones.

Por ejemplo, en lugar de decir “Nunca me escuchas” puedes expresar “Me siento ignorado cuando hablo y no recibo respuesta.” o en vez de acusar al otro diciendo “Siempre llegas tarde”, puedes transmitir la misma información de forma más asertiva: “Me gustaría que llegaras a la hora acordada, así siento que valoras mi tiempo.”

Estos son pequeños matices que marcan una gran diferencia en la comunicación.

Comunicación honesta

La honestidad ha sido siempre para mí un valor fundamental. Jesús decía "La verdad os hará libres" y el refranero español nos recuerda que "se pilla antes a un mentiroso que a un cojo". Generaremos confianza en nuestros interlocutores cuando comuniquemos con atención y honestidad, sin máscaras ni manipulación. La otra persona se sentirá segura, se abrirá, y ahí surgirá lo que más necesitamos: una relación auténtica, con sentido y sin temor.

Dicho todo esto podemos concluir que la comunicación consciente no es una técnica, sino que es una forma de ser y estar en el mundo. Se puede entrenar y de esta forma podremos mirar, escuchar y hablar con presencia.

🪷 Propuesta para hoy:

Piensa en una conversación que no fue de agrado. ¿Qué podrías haber hecho de forma diferente? ¿Podrías haber escuchado más, hablado menos o expresado algo de otra manera? Escribe esa conversación como te habría gustado que fuese y ten presente estas propuestas para tus próximas conversaciones.

Recuerda que pequeños cambios de conciencia pueden transformar nuestras relaciones.